Richard Ashcroft: leyenda del Britpop

Tan delgado que no tiene sombra. Así es como lo definió su amigo y guitarrista de Oasis Noel Gallaguer, queriendo reflejar una vida atormentada en el que las drogas y el éxito no acabaron con la leyenda.

Richard Ashcroft es el el ejemplo de una estrella del pop británico de principios de los 90. Su forma de entender la música va mas allá de las influencias típicas de los Beatles o Pink Floyd. Sabe reunir diferentes instrumentos y armonizarlos en un una sola pieza. Prueba de ello es The Verve, la banda de la que él es líder. Canciones como Lucky man, The drugs don’t work, pero sobre todo Bitter sweet symphony son algunos de los temas más carismáticos y que mejor representa la filosofía del grupo en el que se mezcla el viento, la percusión, la guitarra y los violines sin importar la forma.

Intimista, introspectivo, obsesivo y perfeccionista, pero tan simple y a la vez tan complejo como sus propias canciones. Ahora The Verve anuncian su vuelta, esperemos que mantengan el buen nivel de siempre.

Aquí su exíto más sonado, Bitter sweet symphony. Y digo suyo por mucho que se empeñen Keith Richards y Mick Jagger

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