Antonio Vega: A cambio de nada


A cambio de nada

Gracias Antonio. Gracias por vivir mas de lo que el mundo pensaba. Gracias por siempre darlo todo. Aún recuerdo el Festival del 40 Aniversario de 40 Principales. Tú no estabas en un buen momento. La pérdida de Marga te tenía muy afectado. Muchos amigos tuyos te aconsejaron no tocar esa noche, muchos no creían que lo pudieses hacer. Por dios, ¡si ni siguieras podías con la guitarra! Pero dio igual. Tú estabas empeñado en tocar esa noche. Te habías comprometido a ello con la organización y con tu amigo, y productor del evento, Carlos Nerea. Tú siempre cumplías tus promesas. Y lo cumpliste, vaya que si cumpliste. Nos pusiste a todos la piel de gallina tocando aquel tema con Amaral y reuniéndote de nuevo con tu primo para cantar con Nacha Pop.

Estábamos todos aplaudiéndote y animándote. Yo estaba en mi casa con el corazón sobrecogido al verte ahí pálido y frágil, dándolo todo a cambio de nada. Sinceramente me quedé impresionado de cómo se podía dar tanto por un público. De cómo podías dar lo que mejor tenías (tus canciones) para que la gente estuviese unos minutos feliz consigo misma.

Aquel día volviste a sentir lo que era todo un Vicente Calderón cantando tus canciones. Tú sólo te limitabas a decir gracias, cuando éramos nosotros los que te teníamos que decírtelas todos los días. A partir de ese día recuperaste la ilusión, te recuperaste mucho, cogiste peso, incluso algunos te vieron por Madrid de nuevo dando guerra con tu moto. Rehiciste tu vida con una chica y volviste a los escenarios. Esa nueva ilusión hizo que volviese Nacha Pop y que te encontrases ahora preparando nuevas canciones.

Tu Antonio sobreviste a todo. Sobreviste a los 80, a las drogas, a las enfermedades, a las muertes de amigos y seres queridos. Incluso esta vez pensaba que lo ibas a volver a hacer. Tú mismo lo dijiste al llegar al hospital: “he salido de peores de esta”. Pero esta vez el destino te quiso dejar por fin en paz.

Porque sí, Antonio. Porque tu siempre decías que Marga te daba todo a cambio de nada. Pero en realidad estabas equivocado. Que tu carácter era difícil lo sabíamos, pero iba unido a la genialidad que nos dabas sin nada a cambio: tus canciones, tus poemas, tus letras sentidas. Sensibilidad era lo que tenías y nos dabas.

Esta sociedad siempre ha arrinconado a los sensibles. Quizás si el mundo estuviese gobernado con más sensibilidad, no habría tantas guerras, ni tanta hambre ni miseria. Quizás no haga falta tanto, quizás solo baste con que escuchen atentamente una sola de tus canciones.