El último disco de Amaral aburre a las piedras


Intentando dar un enfoque mas simple y comercial, Amaral se ha quedado en eso: en algo simple, sin gracia, aburrido y repetitivo

Mira que lo he intentado, pero no hay manera. Por mucho que me ponga, por mucho que intente escuchar el nuevo disco de Amaral, siempre acabo haciendo lo mismo: quitarlo. Y mira que me mentalicé. Había leído que este no iba a ser un disco como los anteriores. Que iban a intentar quitarse de la onda comercial que siempre les acompañó. Y es normal, es algo coherente con ellos mismos y que les honra: Si llevas toda tu vida escuchando a Bob Dylan, Tom Petty y gente similar, no es lógico que suenes en todas las radios al grito de “te necesito”.

Cuando por fin lo tuve en mis manos me lleve una sorpresa, “disco doble”, me dije. No es algo que se lleve mucho en estos tiempos del usar y tirar, de los clínex en vez de pañuelos de tela; de las comidas basura, y de portales repletos del aquí te pillo aquí te mato. Las prisas del mundo también se han adueñado de la música. Ya no se escuchan discos, sino singles en MP4. Canciones con fecha de caducidad cuyo único destino es estar a los cuatro meses en la papelera de reciclaje. Es el fast food musical que diría el gran Santi Alcanda. Y así, tal y como está el ambiente, van estos de Amaral y se sacan un disco doble. Casi nada. Por lo menos su respeto se merece, porque sus cojones, tener los tienen.

Se proponen con este álbum abandonar sus aires comerciales. Dejar las melodías pop y adentrarse en canciones simples, renunciando poco a poco a sus característicos arreglos llenos de efectos, con voces sobredimensionadas, en las que no se saben si hay una cantante o cuatro. Canciones con nada más que guitarra y voz. Y es que, a decir verdad, las buenas canciones se demuestran siendo defendibles con una guitarra y una voz.

Y ahí es donde Amaral falla. Haciendo canciones simples con nada mas que una voz y una guitarra. Ahora quedan desnudas, ya no hay sujetadores de relleno, ni excesivos maquillajes. Desvistiendo y desenvolviendo, te das cuenta de que tu chica no es mas que una plana, que al levantarse te espanta. Hay autores que sí se pueden defender sus canciones con voz y guitarra. Sabina, Ismael Serrano, Quique González, Carlos Chaouen, Serrat, pero no Amaral.

Sin arreglos Amaral se reduce a eso, a canciones simples sí, pero repetitivas y aburridas. Con mucho mensaje, seguro, pero para las que uno necesita tener una gran fuerza de voluntad en ponerse a escucharlas.

Pero aún así, sabiendo la capacidad de autocrítica que ellos mismos tienen, estoy seguro de que sabrán corregir sus errores y encauzarse hacia algo grande. Este es el camino de verdad. Esto es lo que ellos siempre han querido hacer. Los otros discos estaban bien para sonar en los 40 Principales. Ahora ellos quieren dar un nuevo rumbo. Les va a costar, pero lo conseguirán.

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