Fama, a bailar: un modelo de producción

Estos días que tanto se habla del fin del tomate, se está olvidando un programa que fue clave para su descenso en audiencia: Fama, a bailar. Solo he visto un programa y aunque no es el tipo de contenido que me gusta ver en televisión, reconozco su magnifica producción.

En primer lugar, las noticias de Cuatro, conectan previamente con Paula Vázquez, para que explique los contenidos que trataran la emisión del día. A continuación, cuando empieza el programa, se acribilla al espectador con un conjunto de cebos y de frases espectaculares con el objetivo de que se quede con la gana de saber que ha pasado. Todo ello enlatado de manera perfecta, haciendo ágil y fresco el programa.

A partir de ahí el programa mezcla el resumen de lo mas espectacular de lo acontecido durante la jornada, con la gala en directo. Los concursantes hacen sus coreografías para evitar ser expulsados, se retan unos a otros, y entre una y otra, el espectador asiste a una sucesión de videos con excelentes ganchos sobre la vida en la academia, donde al igual que en Operación Triunfo, se muestra la lucha, superación y competitividad con los sentimientos de los concursantes. Ahí es donde el programa entra en su estado mas alto, los miedos, inseguridades y enamoramientos son tratados como si de una serie de televisión se tratase. El espectador puede llegar incluso a olvidar que se trata de un concurso, para creerse que está viendo un culebrón en el que los protagonistas son los concursantes.

Siempre me ha hecho gracia la gente que dice que ofrecer los sentimientos de la gente en un concurso es telebasura. Entonces yo les contesto con una pregunta: qué es entonces la televisión. La televisión es emocionar y entretener. Telebasura es el tratamiento equivocado a la emoción, pero la emoción de por sí no tiene por que ser mala. Relatar como un concursante se enamora de otro y le declara su amor no es más que un retrato mas de la vida, cosas que pasan en la vida. Más real que cualquier telediario. Eso sí, sin llegar al me gusta este, me gusta a aquel de las series para adolescentes.

Lo que más me sorprende de Fama es cuando conectan en directo. Siempre coincide con algo interesante para el espectador. No son las clásicas conexiones en directo de OT o Gran Hermano en el que se conecta sin mas, y nos enseñan lo que hacen, pudiendo ser aburrido o entretenido. Aquí no. Aquí todo está perfectamente calibrado y preparado. Quizás es que tengan un buen realizador, pero mucho me da a mi que los profesores tienen un pinganillo o algún tipo de señal para saber cuando tratar determinados temas. Me recuerda a aquellos mítines electorales en el que el político de turno esperaba a la conexión del Telediario para ofrecer el mensaje mas impactante, pues esto es igual.

Se trata de un formato innovador en un mundo, el de los reality shows, en el que todo está ya inventado. Sí, están inventados los profesores, las academias y los sacrificios por el triunfo, pero la producción y el montaje en directo, se tendrá muy en cuenta en el futuro.

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